viernes, 6 de mayo de 2016

¡GRACIAS POLLO BRITO!

… “Por algún tiempo ese fue el último concierto al que fui aquí en Venezuela. Pronto, prontísimo diría yo me sumo a la cifra creciente de emigrantes venezolanos, y me toca poner en pausa todas esas cosas que aún me faltan por vivir como fanática: Tomarme un café con él y otras seguidoras –aunque no tomo café- , verlo grabando alguna canción en un estudio, bailar aunque sea 10 segundos de una canción de Argenis Carruyo. Vivir un concierto en una plaza, visitarlo en la radio. Tantas cosas que como fanática he soñado durante el tiempo que lo he seguido. Han sido tanto los momentos lindos, y tanto bien le ha hecho a mi vida, que ver que también de eso voy a tener que desprenderme al emigrar no puedo evitar llorar una y otra vez.”…

Así  decía parte del último escrito que subí a este blog hace poco más de dos semanas…
La historia cambió un poco, el destino hizo de las suyas y las cosas no quedaron así.
En este último viaje a Caracas por tener papeleo pendiente, viví un día maravilloso. OJO cuando digo MARAVILLOSO es así, M A R A V I L L O S O.

Podría usar algún par de calificativos más: Único, irrepetible, inesperado, increíble, incomparable. Unan todas esas palabras, y aun así no lograría explicarles que viví ayer. Sí:  AYER 05/05 /2016 volví a ver al Pollo. Aunque por momentos no vi al Pollo, vi a Rafael. Es que se me quedó chiquito el diccionario que tengo en el CPU de la cabeza. No he logrado explicar cómo me sentía - y me siento- ante el regalo que me dio el Pollo.

Todo comenzó en un comentario de una foto en instagram, tras la opinión de mi queridísima Ana María Vivas - si no saben quien es vayan a su instagram @anavivasfit- decidí intentar ver al Pollo una vez más, y despedirme como Dios manda. Así que me puse en contacto con su productora en la radio quien amablemente nos ayudó para ir a la emisora a verlo.

Me levanté bien tempranito ayer, para hacer mis diligencias pendientes y a las 10:15am estaba llegando a la estación de metro Altamira para conseguirme con Ana y poder irnos a la emisora, justo cuando subíamos las escaleras para entrar a la radio, un guapetón con camisa verde loro –nombre del tono cortesía de mi amiga Lida- y un perfume que tenía todo el pasillo impregnado, estaba caminando hacia la puerta de la radio delante de nosotros, si era el Pollo. Cuando nos vio nos saludó. Me dio un abrazo que de entradita me dieron ganas de llorar y nos pidió que esperáramos un momentico en la recepción mientras el pasaba a la cabina.

Pasarían alrededor de 10 minutos y nos buscó la asistente de producción, entramos en la cabina y ahí si nos saludó como Dios manda. Una de las primeras cosas que hizo fue decirme: Mira muéstrame esa vaina pa’ ver – haciendo referencia al tatuaje jajaja- cuando se lo mostré me pasó varias veces la mano sobre el tatuaje y me dijo: ¡Estais loca, pero quedó arrechísimo!  - perdonen su francés jajajaja-

Estuvimos en la cabina durante todo el programa, como si eso fuera poco, como Kiara no estaba, el Pollo decidió hacer del programa un mini homenaje a Billo Frómeta con motivo de celebrarse el aniversario número 28 de su desaparición física, es decir cantó y toco 3 pedacitos de canciones y Ana y yo estábamos ahí sentadas al lado de él. Fueron casi dos horas hablando de todo, disfrutando de su risa, su espontaneidad, su cariño. Al principio del programa dijo unas palabras hermosas sobre mí, y sobre Ana y me tocó de nuevo aguantarme las ganas de llorar.  Primer Check en la lista de pendientes.

Les juro por mi amor a la música, que quisiera poder copiar y pegar cada segundo que estuve al lado del Pollo ayer en esta publicación, para que quien la lea entienda de lo que estoy hablando, porque estoy segura que ni en mil vidas podré usar las palabras adecuadas para explicar.

Al salir de la radio, bajamos y nos tomamos un café –Segundo check en la lista de los pendientes del párrafo con el que comencé-  nos quedamos hablando un rato allí sentados hasta que se hizo la hora de que el Pollo tuviera que irse porque tenía una reunión de trabajo. Pero no nos dejó ahí, si no que nos llevó en su carro hasta donde nosotras nos íbamos a quedar. Y nos invitó al estudio de grabación en la tarde.

¿LEYERON? AL ESTUDIO DE GRABACIÓN, Dios señor redentor, por la Virgen de todos los cantantes y fanáticos, al estudio de grabación, me acuerdo y vuelvo a llorar. No pueden ustedes imaginar cuantas veces imaginé yo poder pisar el estudio en el que nace la magia de cada disco del Pollo. Poder estar allí entendiendo de donde sale cada canción y ayer estuve ahí. Tercer check de la lista.

Eran casi las 6 de la tarde y Ana María y yo llegamos al estudio. Adrian, uno de los hijos del Pollo nos abrió y nos dijo hacia dónde ir. Cuando abrí la puerta ya el Pollo estaba ahí, y nos invitó a pasar con su sonrisa. Ana y yo pasamos y nos sentamos. En un abrir y cerrar de ojos estábamos escuchando las maquetas de las canciones del próximo disco del Pollo, una más hermosa que otra. Vimos como el guitarrista grababa guías que al final serán complemento del infaltable cuatro del Pollo.

En medio de todo eso entró Jean, el ingeniero de sonido estrella del Pollo. El ha sido el encargado de grabar el disco de c4trio, Tito Rodriguez, Pa’ Tío Simòn, y otras producciones en las que el Pollo forma parte como la maravillosa Venezuela de luz. Y va a ser él, el culpable de los próximos discos que se están cocinando en Audio Place. Cuando nos vio, nos saludó y lanzó una frase bastante perlita: Ellas dos vinieron a hacer control de calidad del Pollo, pero las tope, las más arriba. Si no les gusta creo que van a rebotar ese disco... ¡Qué molleja e’ bonito chicoo jajaja! Y  qué molleja de compromiso

Ha empezado a sonar una de las canciones que más me ha hecho llorar en la vida, pero no puedo decirles cuál es - por ahora jajajaja- pero a la segunda frase el Pollo que estaba sentado a mi lado me dijo: No llores, que te estoy viendo. Y yo como buena fan intenté obedecer. El repetía una y otra vez: Esto solo es una guía y yo solo pensaba: ¿Qué me importa? Si ya así estoy intentando no llorar, cuando estén listas van a ser más de lo que pueda imaginar.

 Si mi mente nublada por tantos flashback no me falla, escuchamos 5 canciones, de las cuales solo no me sabía una. Esa una fue la culpable de que se me salieran las lágrimas medio disimuladas.

Con cada canción intenté contener las ganas de llorar para cumplir mi promesa de que no lloraría frente al Pollo, porque con él todo es felicidad. El Pollo le decía al que estaba sentado frente a los equipos: Poneme tal canción pa’ que ellas la escuchen… y me miraba y yo: cerraba los ojos. Empezaba la canción y yo: Cerraba los ojos.  Terminaba la canción y el Pollo me miraba de nuevo, preguntándome: ¿Qué tal? Con la mirada y yo asentía, sonreía y: Cerraba los ojos. En medio de las canciones él solo hacía sonidos imitando instrumentos, cosa que particularmente me llamó mucho la atención.

Es increíble ver que las canciones grabadas solo con la voz, el coro y el cuatro como guía sean para él una idea concreta. Decía frases como: Aquí va una tumbadora así –imitando el sonido con la voz y con las manos-, y 10 segundos después decía: Aquí el bajo quiero que suene de tal forma… Tenía al alma arrugada, es una experiencia que no hay dinero en el mundo que pueda pagar. Saber que todo está en su mente. El si sabe cómo van a sonar cada una de las canciones que están por nacer.

Pero por más que lo intente no puedo explicar lo que una simple fan siente al estar ahí, tener al Pollo con la actitud de “Estoy entre panas” siendo más Rafael  que “El Pollo Brito” soltando una que otra insolencia, una que otra noticia  en grado de primicia, una que otra anécdota, una que otra experiencia y muchas sonrisas. El Pollo en el tiempo que estuvimos en el estudio sonrió más de lo que lo he visto sonreír en 5 años y vaya que lo he visto sonreír. Y eso como fanática no se paga con nada.

Hasta aquí todo estaba bien, perfecto. Me estaba comportando con la decencia que me caracteriza, ahora bien, al salir del estudio, y montarme de nuevo en el carro del Pollo para que nos dejara a en algún sitio donde tomar un taxi la melodía fue otra.

A él se le ocurrió la maravillosa idea de empezar a hablar y decir cosas como: Nadie ha escuchado eso todavía, así que cuando tú lo escuches ya en el disco listo, vas a acordarte como sonaba al principio. También dijo que él me había dicho que nos íbamos a ver antes de que yo me fuera del país y que me diera cuenta que sin planearlo mucho, hasta había estado con él en el estudio. Hasta que me soltó el: ¿Qué tal? ¿Te gustó Rosita? Ese fue mi punto de quiebre. Que se le responde al hombre que te cura la vida con su música ante esa pregunta cuando sientes que no puede  haber una bendición mayor en la vida. No pude decir más que un: ¡Sí!  Antes de guindarme a llorar todo lo que tenía acumulado del día. Desde ese momento hasta que me quedé dormida 3 horas después las lágrimas se me salían solas.

Por suerte el Pollo iba manejando y yo estaba en el asiento justo detrás de él, así que solo escuchaba mi sonido intentando respirar entre tanto llanto. Solo me repetía: ¡No llores Rosita, no tienes porque llorar! ¡No estés triste, que me pongo triste yo! Y cada vez que lo decía más ganas de llorar me daban. Me descuidé y terminamos estacionados en el sitio donde vive el Pollo, esperándolo mientras él buscaba algo. ¿Pueden imaginarse que podía pensar yo, estando en su carro, esperando que el regresara de su casa, con sus hijos  a mi lado? No hay palabras, por más que intente buscarlas. En esos momentos solo se pensaba ¡GRACIAS!

Y 24 horas después digo nuevamente con lágrimas en los ojos GRACIAS RAFAEL  por el cariño, por la confianza, por dejarme ser parte de tu carrera, de tus seguidoras. GRACIAS por abrirme la puerta de la radio, por dejarme entrar al estudio, a tu carro, a tu vida. A ti como el ser humano que está detrás del artista que el resto de la gente conoce.  GRACIAS por darme los mejores regalos sin saberlo, gracias por hablar tan lindo de mi, por cada canción que cantaste y mencionaste mi nombre. GRACIAS por decir más de una vez, que soy “como familia tuya”, por demostrarme que los sueños SI SE CUMPLEN.

 GRACIAS sobre todo por al final del día tomarte la molestia de bajarte del carro solo para abrazarme y decirme que todo va a estar bien. -lamento haber roto la promesa de no llorar frente a ti, pero de felicidad también se llora-

¡GRACIAS SIEMPRE ÍDOLO! No me van a alcanzar esta y las próximas 7 vidas para explicarte cuando agradecimiento y amor hay dentro de mí para ti y todo lo que tiene que ver contigo.

Te quiero con todo el corazón, y me quedo corta.




domingo, 24 de abril de 2016

SOLO EN MARACAIBO

Tengo que comenzar diciendo que este cuento es totalmente distinto, no di carreras para conseguir una entrada, ni se me hizo tarde para llegar a la locación, no pensé que ropa vestir para que no saliera repetida en la foto. No hay nada de especial en la forma de escribirlo, y quizás hasta le falte coherencia. Así que prepárense para el cuento más extraño y preciado que leerán aquí.

Días antes del concierto hable con Ana María, y le pedí un favor sumamente especial: Que me dejara vivir el concierto SOLO de Maracaibo no desde una butaca, si no como si yo formase parte del equipo que producía el concierto. Llegar temprano, estar presente durante el antes disfrutando de todo aquello que uno como fanática nunca ve. Ella aceptó sin imaginar lo que eso significaba para mí.

El día del concierto para mí comenzó realmente temprano. Llegué al aeropuerto de Maiquetía a las 3:30am por que el vuelo con destino a Maracaibo salía a las 6:00am. Desde el día antes sabía que iba a coincidir con Danielis y los técnicos en el aeropuerto así que cuando ya había dejado mi equipaje llamé a Dani para conseguirnos. Apenas nos saludamos, ella dijo: Muchachos, les presento a Rosita, la novia del Pollo. Para mi sorpresa varios de los muchachos a los que no conocían respondieron con un: ¡Ay, tu eres Rosita! Dejándome impresionada he de aceptar jajajaja terminé desayunando con ellos, antes de que nos dividiéramos para esperar nuestros vuelos.

Llegué a Maracaibo con mi cara de trasnocho, y al llegar a mi casa se fue la luz, pero no había nada que pudiera quitarme la emoción con sustico que yo tenía ese día. Así que la mañana pasó rápido.

3:00 pm.

Apenas subí la rampa y abrí la puerta escuché su voz dando un par de instrucciones y se me  detuvo el tiempo unos segundo para respirar profundo y caer en cuenta de lo que iba a vivir en las horas siguientes aunque en realidad no tenía idea de lo que venía.

Nunca había visto el aula magna así. Todas las butacas rojas alineaditas y vacías, con una luz tenue en la sala esperando ser usadas para que alrededor de 1300 personas disfrutaran del SOLO de Rafael “Pollo” Brito en Maracaibo. Apenas unos pasos más adelante cuando alcé la vista un escenario ya armado, las letras alumbradas formando la palabra SOLO,  la pasarela blanca uniendo los 3 espacios dispuestos con los instrumentos: BAR, ACÚSTICO Y UKELELE eran los nombres para los efectos de la producción.

Estaba el Pollo, sentado con la guitarra en la mano, lanzando al aire la primera línea de “Perla negra” de Yordano con una gorra negra con rojo, franela roja y las medias que hacían juego y que llevaba puestas para no ensuciar la pasarela blanca con los zapatos.

Un escenario con tres estaciones, tres sillitas y cinco instrumentos musicales. En este show, se agregó un instrumento más. El equipo de producción y el Pollo le dicen “El guitarrón” Es una mezcla de cuatro con guitarra, en una complicidad del Pollo con el luthier Richard Sermeño.

Apenas Ana María me vio me hizo señas para que subiera al escenario, caminé y el Pollo asistió con la cabeza como modo de saludo mientras afinaba detalles con el ingeniero de sonido. Ana, por su parte me invitaba a dejar mi cartera en el camerino y a sentirme en confianza. Yo decidí caminar, soltar mi cartera y quedarme parada a un ladito del escenario viendo como empezaba la prueba de sonido. Grabé un par de segundo de la prueba, solo para compartirlo con otras seguidoras y que me quedara como recuerdo.

Cuando Ana subió a la cabina para comenzar el ensayo completo, uno de los técnicos me invitó a sentarme en la primera fila, y fue una de las mejores cosas que pude hacer, tanto que mientras escribo esto cierro los ojos, y lo detallo todo de nuevo. Era una especie de concierto para mi sola. Tenía a mi ídolo en frente, llenando el escenario más grande de mi ciudad,  y disfrutándolo sola. Soltó la primera estrofa de Perla Negra se dio cuenta que todo sonaba bien y cambió el instrumento –por el cuatro electroacústico- soltó un par de versos de El Becerrito de Simón Díaz mejor conocida como “La vaca mariposa” y ahí comencé a llorar. Me sentía grande por pensar que me estaba cantando a mí solita y a la vez me sentía pequeña en la butaca pues él no sabía que yo estaba sentada viéndolo, estaba concentrado en que todo se escuchara perfecto. Cambio de estación, afinó detalles, hicieron la prueba con el telón.

Me levanté, y me puse a la orden con Danielis para prestarle ayuda en lo que pudiera necesitar, entré al camerino, y descubrí que hay algo que no puede faltar en las peticiones del Pollo durante los conciertos: ¡Chupetas! me causó ternura darme  cuenta de que acababa de descubrir algo más sobre él –una buena seguidora atesora saber esos pequeños detalles-
Luego de la prueba y mientras estaba ayudando a Dani, entró el Pollo al camerino y me saludó. No hablamos casi nada. Tomó una chupeta de la mesa, y salió.  

Me saltaré un pequeño rato de la tarde por que no es tan lindo estar diciendo que en pleno montaje se fue la luz en el teatro y decidieron irse al hotel a darse un baño y  descansar, y me fui con Dani y los técnicos.

6:00pm

El concierto debía comenzar a las 7:00pm pero la luz no llegó hasta las 6:30pm así que cuando regresamos al teatro aún estábamos a oscuras, así comenzaron a afinarse pequeños detalles mientras llegó la luz. Pasadas las 6:30 llegó Ana María, con la luz por cierto jajaja y pude vivir como es todo ese proceso que se vive tras el escenario justo hasta el momento donde se apagan las luces y comienza a abrir el telón.

No ví como se abrió el telón, estaba encargada de algo sumamente importante jajajaja, lograr que los invitados especiales incluidos la familia de Ana María lograran sentarse a disfrutar del concierto. Recibí algunas indicaciones, corrí un poquito, subí y bajé varias veces por las escaleras de caracol en las que el Pollo me dijo hace casi 5 años atrás “Llegó mi novia” sin conocerme, me sentí feliz.

Cuando logré subir de nuevo al backstage, y caminé hacia el escenario por los camerinos respiré profundo, escuchaba de fondo al Pollo cantando “Temes” el tema con el que acaba de ganar un premio en el exterior, y pensaba: Aquí estas Rosa, lo lograste. Estas en el lugar que cualquier fanática quisiera estar, viviendo la magia desde atrás luego de preguntarte tantas veces como harían todo.

Ahora puedo entender muchísimo mejor porque cada concierto es un ESPECTÁCULO así en mayúscula, negrita y subrayado. El Pollo se ha rodeado de los mejores en cada aspecto que producir un concierto necesita, tuve la oportunidad de compartir con todos los técnicos y TODOS son profesionales, amantes de lo que hacen, se disfrutan su trabajo, anteponen su obligación al cansancio físico que puedan tener. Son unos duros. Mis respetos a todos y cada uno de esos Venezolanos que no se ven en el escenario pero que sin ellos no habría magia. Mi aplauso para ustedes, siempre.

El concierto transcurría de lo mejor, veía al Pollo sentado, haciendo su magia tocando y cantado, un público maravilloso que coreaba cada canción, que aplaudía con euforia como solo los marabinos pueden hacerlo por el amor y la admiración tan grande que le tienen a Rafael.

En el desarrollo del concierto lloraba, y salía del escenario para ir al camerino a limpiarme y que no se notara tanto que estaba llorando. Cerré los ojos un par de veces para dejar que mi imaginación que tantos conciertos ha visto del Pollo – Gracias a Dios- jugara a imaginar cómo se veía lo que estaba escuchando. En algún momento del concierto una de las muchachas de la productora regional encargada del evento me preguntó ¿Tu eres muy fan de él que estás llorando así? Yo sonreí un poco y le dije: ¡Mucho!

Cuando ya el concierto iba un poco más delante de la mitad decidí sentarme entre los telones en el piso del escenario, escondiéndome para que quienes estuvieran en el público no notaran mi presencia. Ni ellos ni el resto de las personas que ahí estaban, tal como se lo había prometido a Ana María.

Hubo un momento en particular que fue sumamente especial.  Mientras el Pollo hablaba con el público una niña, decidió expresar que quería cantar con él. El cantó una pieza más y le pidió a la niña que subiera al escenario. Por un momento sentí que la niña fue enviada justo para pedir una canción que yo quería escuchar. Le dijo al Pollo que ella quería escucharlo cantar “Mi caballito” Amo esa canción, no sé por qué pero la amo, y aunque no sé cómo se veía el momento –porque cerré los ojos por estar llorando y decidí escucharla, y verla con el alma, solo imaginarla. Esa canción y cuando cantó “La Elegida”  y “Tócala Viejo” creo que fueron mis canciones preferidas y los momentos en los que más lloré.

Como estaba pronosticado y ya he mencionado lloré, lloré mucho, lloré durante la mayoría del tiempo que duró el concierto. Lloré recordando mis locuras y viajes durante 5 años para verlo. Lloré por caer en cuenta de la confianza que la oportunidad de estar ahí representaba. Lloré tapándome el rostro mientras  lo escuchaba cantar mi canción preferida y dándome cuenta que aún con la cara tapada podía saber exactamente los gestos que hacía mientras la cantaba. Lloré viendo como el público lo aplaudía, disfrutaba, se reía, coreaba las canciones. Lloré escuchándolo cantar canciones que amo, y que amo más cuando tienen su voz. Lloré de felicidad por ver como cumplía un sueño. Lloré pensando que pasará  un tiempo indefinido para poder volverlo a ver de cerca como en ese momento. Lloré tanto que un fotógrafo que cubría el concierto y a quien conozco, me puso la mano en el hombro para decirme que no llorara más.

Concluí en medio de tanto llanto que no se llora solo por tristeza. Mi llanto era una mezcla de orgullo, felicidad, tristeza, dolor y satisfacción. Terminé hinchada, de ojos y henchida de alma. Por primera vez en 5 años de conciertos no grité ni aplaudí, solo lloré y detallé cada mínimo movimiento minuto a minuto, los grabé para el recuerdo. 

Se cerró el telón y apenas vi que el Pollo caminaba en dirección al área de camerinos donde estábamos decidí dar media vuelta y entrar al camerino donde tenía mi cartera para no verlo. Estaba negada a llorar frente a él. No pasaron dos minutos y el entró al camerino en el que estaba ¿Todo bien Rosita? ¿Te gustó estar de este lado del escenario? me preguntó con una sonrisa en la cara, que solo dejaba ver satisfacción. Logré asentir con la cabeza y rogar que siguiera  a su camerino rapidiiito, aguantando el nudo en la garganta.

Se preguntarán ustedes porque tanto llanto si debía estar feliz.

En realidad lo estaba, estaba total y absolutamente feliz y melancólica a la vez. Por algún tiempo ese fue el último concierto al que fui aquí en Venezuela. Pronto, prontísimo diría yo me sumo a la cifra creciente de emigrantes venezolanos, y me toca poner en pausa todas esas cosas que aún me faltan por vivir como fanática: Tomarme un café con él y otras seguidoras –aunque no tomo café- , verlo grabando alguna canción en un estudio, bailar aunque sea 10 segundos de una canción de Argenis Carruyo. Vivir un concierto en una plaza, visitarlo en la radio. Tantas cosas que como fanática he soñado durante el tiempo que lo he seguido. Han sido tanto los momentos lindos, y tanto bien le ha hecho a mi vida, que ver que también de eso voy a tener que desprenderme al emigrar no puedo evitar llorar una y otra vez.

Pero me llevo conmigo su música, el  recuerdo de cada concierto, la experiencia de haber vivido el último como en algún momento lo soñé y la esperanza de volverlo a ver pronto aquí en Venezuela, o allá donde yo  esté. Decidí llevármelo conmigo, y tenerlo hoy y siempre. Decidí recordar cuanto bien me ha hecho, y cuantas sonrisas me ha regalado.

Y aunque no sé si sea merecedora de tantos momentos lindos que he sumado en estos años,  si estoy segura que agradezco con cada pedacito de mi las maravillosas oportunidades que he vivido con el Pollo y todo su entorno por que han sido mi mejor motivo para sonreír.

Decidí no despedirme de él, ni tomarme fotos,  así que la imagen que acompaña este cuento es mi más reciente adquisición y uno de mis más preciados tesoros. Para mí significa llevar a cualquier sitio parte de lo que soy y de lo que amo. 
Desde ahora al mirarme la muñeca sabré que la música venezolana en su voz, está impregnada en mi con esa silueta del cuatro que el tan perfectamente ejecuta con el tricolor de mi bandera como símbolo de mi orgullo por ser venezolana.
 Llevo para siempre el dije que él decidió regalarme el día de su cumpleaños para que yo “si quería” lo usara. Lo quiero tanto que ahora es parte de mí, aunque el collar se rompa, desgaste o pierda es mío para siempre. 


Solo me queda decir GRACIAS a Ana María por dejarme cumplir un sueño, al Pollo por ser el protagonista de mis mejores recuerdos, a Dani y todo el equipo por hacerme sentir una más ese día y a  todos los que se toman un minuto de su tiempo en leer las locuras que escribo aquí.

PD: Espero tener pronto algún otro cuento para mi blog, por que desde donde esté seguiré siendo una PolloFan.

PD2: Las maravillosas fotos de abajo son de mi pana Hector Romero @photoshopiado que estuvo a mi lado casi todo el concierto  y hasta me consoló jejeje







lunes, 7 de marzo de 2016

Un maravilloso SOLO

Rafael “Pollo” Brito tiene acostumbrado a su público a regalar en cada concierto no solo música sino un espectáculo completo. No menos de 12 músicos se pueden apreciar en tarima en cada presentación, lo que hace que cada canción que interpreta esté magistralmente acompañada por parte de los mejores músicos en Venezuela.

Y el 2016 comenzó con algo totalmente distinto. Con motivo de la celebración del día del amor y la amistad por adelantado anunciaron un concierto que prometía la posibilidad de tener al Pollo “SOLO” en el que, valiéndose de su voz y su destreza para ejecutar instrumentos de cuerda –en este caso el cuatro y la guitarra acústica, el ukelele y el cuatro electro acústico-  le regalaría a sus seguidores un concierto crudito -sin mucho adorno musical-

Una fan como yo no podía perderse algo así. Era como cumplir en parte el sueño de disfrutar de su talento en intimo, así como si me estuviera cantando a mí en la sala de una casa, o en un patio en plena tertulia con gente que uno quiere –esas cosas tontas que soñamos las fanáticas pues-

Unos días antes del concierto, quizás usé un poquito de mi buena intención para que alguien más también pudiera disfrutar del concierto. Pero momento, no cualquier persona sino: Una loca tan fanática como yo, capaz de viajar en moto desde Cagua hasta Caracas únicamente para ir a ver al Pollo. –Si era capaz de eso, era más que merecedora de la oportunidad de verlo-

Llegado el día del concierto, estando en Caracas, me fuí con muy buena compañía al teatro y cuando mi querido Roche me dio mi entrada  de cortesía sentí un fresquito en el alma. Este año comenzó muy bien, porque se adelantó bastante el inicio de los conciertos, así que ya solo por eso estaba lo suficientemente feliz como para sonreír una semana seguida.

Seré sincera: Estando sentada en la misma fila que la mamá del Pollo, su suegra y sus hijos me sentía un poquitico cerca del círculo de su gente querida, me sentía especial y súper afortunada –como con todo lo que tiene que ver con él- a mi lado derecho tenía a Lida, esta muchacha que resultó ser más parecida a mí que cualquier otra persona que yo conozca. Una Maracucha, con el alma en Barquisimeto y el amor y la vida en el estado Aragua. Una amante de las cosas buenas de la vida: El amor, la música y la literatura. Una nueva compañera que ha llegado a mi vida gracias al Pollo.

Cuando se abrió el telón el escenario era distinto. Hermoso, como nunca antes lo había visto en presentaciones del Pollo –tengo la sospecha que fue idea de Ana María-  Una estructura blanca que simulaba una pasarela en la que se veían dos espacios distintos, unidos por una suerte de puentecito por el que después de varias canciones desfilara el Pollo con el humor que lo caracteriza.

Del lado izquierdo de quienes mirábamos como público un ukelele, una sillita negra frente a un micrófono y una mesita con un vaso corto con poesía líquida que más adelante le serviría para brindar con los presentes. Detrás, cuatro letras blancas de madera, iluminadas formando la palabra SOLO.

A la derecha, una guitarra acústica, el reconocido cuatro  electro acústico negro que muchas veces ha acompañado a Rafael en sus conciertos, un micrófono como los usados en los estudios con su filtro AntiPop.

En el centro, y delante de la estructura que ya les expliqué, una sillita blanca, las “partituras” jajajaja -NO ES CIERTO SON LAS LETRAS PORQUE AL POLLO SIEMPRE SE LE OLVIDAN- y el cuatro acústico. Todo el escenario te hacía sentir en cualquier sitio, reunida con el Pollo echando cuentos y disfrutando su maravilloso talento, menos en un teatro.

El concierto comenzó con una hermosísima interpretación de “Perla Negra” de Yordano. Durante el concierto se paseó por anecdotas como: Cual fue la primera canción que se aprendió en el cuatro y cuán difícil se le hacía tocarla para luego interpretar de una hermosa manera “Criollísima” de Luis Laguna y Henry Martínez. Explicó que en cada reunión con sus hijos siempre terminan cantando “Si tu no bailas conmigo” de Juan Luis Guerra y la interpretó con el ukelele como acompañante.

Compartió también como conquistó a Ana María con gaitas de Abdenago “Neguito” Borjas y sus vivencias con jugo de fresa y whisky incluido jajajaja. No faltaron canciones de Tío Simón, Ilan Chester, o Gualberto Ibarreto. Le cantó a la Divina Pastora y a la Chinita  intentando esconder el nudo en la garganta y los ojos aguarapados –obvio falló- Cantó en primicia, la primera canción que le compuso Neguito Borjas a Micaela, su hija menor –aquí lloré yo-  hasta una sesión de chistes hubo, entre muchas otras canciones que hicieron el concierto algo inolvidable.

Comúnmente en los conciertos grabo videos de casi todas las canciones para después publicarlas en la cuenta del club de fans, o simplemente como recuerdo, pero este concierto debo decir que fue todo lo contrario. La mayoría de las canciones las escuché pero no las ví. Cerré tantas veces los ojos que no sabría decirles que cara puso el Pollo en tal o cual canción. Me dediqué a escuchar su voz como nunca antes, sin los músicos acompañándolos era indescriptible lo hermoso que sonaba dentro de la simplicidad. Era solo: Su voz, un instrumento y el público como testigo.

Después que terminó el concierto, por supuesto que lo ví, lo abracé, le dí hasta el feliz año, le cargué la plancha de ropa y hasta me regaló un bouquet de florecitas que estaba en el camerino –y que por el día del amor jajajajaja, ese hombre está loco- y aunque me costó lograr mi foto, porque estaba rodeado de personas felicitándolo, pues claro que sumé una nueva pal’ álbum.


Si tienen oportunidad  vayan, compren su entrada y disfruten de la mejor puesta en escena que he visto desde que comencé a seguirlo. Vayan y siéntase un pana más del Pollo, vayan y sean testigos de que no hay playback, que no hay programas que valgan que Rafael es una excelente muestra de que en Venezuela tenemos talento suficiente pa’ hacernos felices a los Venezolanos y al resto del mundo. 

Ya hay nuevas fechas, aquí se las dejo. -pa' que no digan que no se enteraron-

"SOLO" Caracas 12/03/2016 en la Torre BOD Entradas: http://venezuela.ticketmundo.com/Evento/Rafael-el-Pollo-Brito---Solo/4145

"SOLO" Barquisimeto 09/04/2016 en el Teatro Juarez. Entradas: http://venezuela.ticketmundo.com/Evento/Rafael-pollo-Brito---Solo/4171

"SOLO" Maracaibo 16/04/2016 en el Aula Magna de la URU. Entradas: http://www.mdticket.com.ve/eventos/509/

 Y PENDIENTE PUERTO ORDAZ Y MARACAY.

martes, 26 de enero de 2016

Resumiendo el 2015 parte II

-I-

Por alguna razón he intentado empezar a escribir este post no menos de 4 veces. Creo que no tengo como colocar en palabras lo que viví con el Pollo en los últimos meses de 2015.

La segunda mitad del 2015 fue realmente inolvidable. Y sé que repito después de cada concierto que ese es el mejor al que he ido pero el Pollo siempre está reinventándose. Si hay varias fechas de un mismo concierto, nunca un día será igual que el otro y eso es algo que una fanática agradece.

Luego del emotivo concierto con la serenata a la Chinita, mi siguiente concierto fue uno de mi top 5. Totalmente distinto, en el área VIP de un restaurante en Caracas, Sótano Grill un concierto íntimo, cantando las canciones de Manzanero. Seré sincera, en este país la situación económica está cada vez más difícil y mi caso no es la excepción.  

Me puse en contacto con el encargado del evento, un Caraqueño súper amable, todo un caballero así que si van al Sótano Grill pregunten por RUI FARÍA, y le envían saludos de mi parte.  Contra todo pronóstico viajé de Maracaibo a Caracas solo para ese concierto. Era como un auto regalo de cumpleaños. Eran tan pocas personas, tanto talento del Pollo y los músicos y tan buen repertorio que debo decir que lo disfruté a más no poder.

Al finalizar el concierto, habían habilitado un salón pequeño del otro lado del restaurant como una suerte de camerino post show, y con la señal de Dani, caminé hasta donde estaban. Poco puedo explicar de cómo me sentí ahí, desde los músicos hasta el Pollo y Ana María me estaban haciendo sentir como una más del grupo. Hubo chistes a más no poder, un poco de poesía líquida y algunos tequeños como modo de celebración por tan buen show.

Salí de ese local pasadas las 2 de la mañana con la plena convicción de que sin dudas Dios me quiere mucho, porque me ha regalado momentos maravillosos y especiales con ellos.





-II-

Aquí aprovecharé de unir varios encuentros porque es un solo proyecto.

Para nadie es un secreto que el Pollo es un cultor de la música -la buena música- sobre todo de lo hecho en casa, ha dejado a un lado  el hecho de promocionar canciones inéditas para mantener vivo y resaltar el trabajo hecho por otros cantantes y músicos Venezolanos.

En el 2015 se unió a la cadena ferretera EPA, quienes desde hace un buen tiempo vienen desarrollando el valor de la familia por medio de la música de Simón Díaz. Rafael grabó un disco que lleva por nombre “Pa’ Tío Simón” que cuenta con 14 temas que van desde la contradanza, pasando por ritmos como parranda, pasaje, Sangueo de San Millán, Salsa, hasta Calipso. Para el momento de la publicación de este post, ya pasó las cuarenta mil copias vendidas a lo largo de 4 meses alcanzando así disco cuádruple de platino -aplaaaausoss pues-

Con la finalidad de lograr que el Pollo compartiera con las personas que han adquirido el disco, EPA y todo el equipo de Rafael organizaron una gira por 8 de las tiendas a nivel nacional. Particularmente estuve en 3, y si ya sé que estoy loquita jajaja, pero si no se habían dado cuenta hasta ahora es porque están tan locos como yo.

En las tres firmas de autógrafos disfruté mucho el hecho de ver a cientos de personas que como yo, admiran el trabajo que el Pollo ha venido haciendo. Desde niños con crestas hasta abuelitas -demasiado cuchis- sonreían al tenerlo de frente y poder abrazarlo y tomarse una foto con él. Rafael se encargó en cada ciudad -lo digo con propiedad porque tuve una encargada en cada sede- cantó, contó chistes y compartió con sus seguidores.

Particularmente la primera vez que vino a Maracaibo a la sede de EPA circunvalación uno, me llamó mucho la atención el darme cuenta como lo quieren y cuanta empatía sienten con él. Después de cantar 3 canciones del disco, el Pollo comenzó a cantar una gaita que lo acompaña en casi todos sus conciertos como buen creyente de la Chinita. Bastaron dos oraciones de "La elegida" a capela para que del lado del público comenzara a sonar una tambora para acompañarlo. El hizo señas para que se acercara el muchacho que la tocaba, y automáticamente arrancó un cuatro, y una abuelita con unas maracas, así de simple. Estaba tan acompañado como si fuese un primo que cantara en una reunión familiar. Así lo sienten en esta tierra, así lo quieren.

De las tres firmas, me llevé un autógrafo distinto, el mío y el de otras personas, y recibí los tres abrazos con mis tres fotos, pero muy por encima de eso me quedaron los tres recuerdos de ver a tanta gente buena compartiendo el amor por la música y por el Pollo.


-III-

Verán, he dejado para lo último lo mejor de mi 2015, mucho más allá de ser solo lo mejor del año pasado, es lo mejor en el tiempo que tengo compartiendo con el Pollo, es algo que como seguidora no tiene, ni tendrá precio. Si me siguen por las redes sociales sabrán lo expresiva que soy, siempre digo a quienes quiero, que los quiero, y cuan agradecida estoy por tener a gente buena a mí alrededor obvio el Pollo y su familia no podría ser la excepción. Pero aunque no me crean en persona me cuesta muchísimo decírselo.

Cuando lo veo puedo hablarle de muchas cosas: puedo pedir notas de voz para otras personas, puedo hablar sobre el concierto, sobre Micaela, cualquier cosa menos de agradecimiento y quizás él ya lo notó. Simplemente pienso que eso responde al hecho de que si le agradeciera en persona como en las redes sociales, lloraría de la emoción -yo también soy más llorona que una bolsa de hielo, como dice el-  Pero, si alguna vez lees esto tengo algo que decirte Pollito: NO TENDRÉ VIDA SUFICIENTE PARA TANTO AGRADECIMIENTO QUE TENGO EN EL PECHO, ni en esta vida ni en las próximas siete me alcanzarían para hacerte entender cuan feliz me hace saber que tengo al mejor ídolo del mundo.

 Y no solo agradezco lo que has hecho por mi, cada abrazo, cada mención, cada entrada o detalle, agradezco también las sonrisas que les regalas a todas aquellas personas que he conocido por compartir tu música, cada abrazo, cada detalle con el resto de las muchachas que te siguen como yo o hasta más y que me cuentan cuan felices son cuando te ven. Por ellas también agradezco.

Pero bueno, ajá el punto es que lo mejor de mi 2015 fueron los días 14 y 15 de noviembre dos conciertos llamados “Son de Navidad” donde el Pollo acompañado de la MARAVILLOSA Orquesta Latino caribeña Simón Bolívar interpretó canciones navideñas de todos los tiempos.
La particularidad de estos conciertos es que el 14 de noviembre, era el cumpleaños del Pollo, y como yo tenía un viaje planificado me puse de acuerdo con Ana María Vivas para llevarle al Pollo una torta por su cumpleaños. Nuestra sorpresa fue que usaran esa torta para cantarle cumpleaños sorpresa en pleno concierto. Fue un momento lindo, los músicos tocaban el cumpleaños, mientras el Pollo estaba acompañado por 4 de sus hijos, para soplar la vela -que en realidad sopló Micaela-

Después del concierto, bajé a los camerinos y el Pollo se sorprendió un poco al verme porque no sabía que yo iba, luego de saludarlo y felicitarlo, me conseguí con Dani, los hijos del Pollo, y Ana María, con quien me quedé hablando sobre los Latin Grammys que estaban cerquita -hasta me dio la primicia de su vestido jeje-. Mucho menos sabía el Pollo que la torta era un regalo nuestro y cuando se dio cuenta hasta nos dio un medio regañito por no haberle dicho para el agradecernos en el concierto, pero en realidad no necesitábamos eso, ya Ana Vivas y yo nos sentíamos felices por saber que le había gustado el detalle.

Después de tomarnos las fotos respectivas, y cuando ya nos estábamos despidiéndonos de Dani, para subir e irnos llegó Roche, el manager del Pollo -mi queridísimo Roche- y nos dijo que para donde íbamos, si nosotras estábamos secuestradas. Ana, Dani y yo no entendíamos mucho pero cuando dijo que nosotras tres nos íbamos con él, Ana  y yo solo nos mirábamos pelando los ojos de los nervios.

Así fue, momentos después estábamos montadas en el mismo ascensor que el Pollo, sus hijos, su mama, y su esposa, camino al estacionamiento porque íbamos a cenar con todos ellos por la celebración del cumpleaños del Pollo. Ahora que vuelvo a revivir la noche para escribirla, vuelvo a sentir un nudo en la garganta y las mismas ganas de llorar.

Llegamos al restaurant -el sótano grill- y nos recibió Rui ¿se acuerdan que acabo de hablarle de el, arriba? Bueno, me saludó y hasta se acordó que me dicen la novia del pollo. En el transcurso de 20 minutos, había pasado de estar en el centro cultural BOD a estar sentada en la misma mesa que los afectos más cercanos del Pollo, aun no me lo creo.

La noche fue perfecta, brindamos, compartimos, y cantamos cumpleaños. Estuve callada la mayor parte del tiempo -aunque no me crean- quería decir lo menos posible para captar lo más mínimo. Simplemente quería poder recordar cada momento de ese rato, no cualquiera puede decir que vivió algo tan especial con su ídolo, por eso también me siento sumamente agradecida.

De a ratos el pollo me miraba y me preguntaba si todo estaba bien -creo que le sorprendía que yo no estuviese como una cotorra echando cuentos jajajaja-. Tuve la oportunidad de ver al Pollo arrullando a Micaela mientras dormía, y al mismo tiempo contaba anécdotas de la época en la que su hija mayor Giselle tenía la edad de Mica y como ha cambiado su vida en este tiempo. Estaba simplemente fascinada, solo podía sonreir y prestar atención -uno no sabe si es la única vez que va a vivir eso-

Como si todo eso fuera poco, cuando ya teníamos rato en el restaurant, mientras yo estaba hablando con Dani, sentí que me pusieron las manos en los hombros, era el pollo, diciéndome en el oído: “Rosita, yo te quiero dar algo que tiene muchos años conmigo. Hoy te lo quiero regalar para que tu lo tengas, y si quieres lo uses si no, no importa. Igual quiero que lo tengas” Mientras colocaba sobre la mesa un collarcito que había tenido puesto ese día -y muchos más por las fotos que he visto- y que olía a él.

Yo solo pude taparme la cara para no llorar frente a el -mientras escuchaba de fondo a la Simón decir “ayy va a llorar”- Creo que no tengo palabras para explicar que sentí en ese momento. Solo pasaban por mi mente un pocotón de voces de personas que me habían dicho que estaba perdiendo el tiempo apoyando al Pollo, que el ni sabía quién era yo, que si me gustaba malgastar el tiempo, que yo no era sino una fan más -cosa que nunca negaría-. Mientras al mismo tiempo pensaba que se había pasado de hermoso, que no era el collar lo que me importaba, sino el gesto de desprenderse de algo suyo para  que se quedara conmigo.

Y es que seamos sinceros, cuando uno es fanática de algún artista  no espera más allá de una sonrisa a cambio, el esfuerzo que haces en realidad lo sientes mínimo luego de un abrazo, y lo que menos te imaginas es que va a tener la posibilidad de compartir un cumpleaños, mucho menos cuando está con su familia, y muchísimo menos que va a tener un detalle de ese tipo. Pero sucedió, así que no puedo sino seguir agradeciendo cada vez que tenga la oportunidad, y decir: ¡Gracias 2015! Esperando que el 2016 venga cargado de momentos tan lindos e inolvidables para mí, y muchas personas más que sigan al Pollo.


Espero pronto poder escribir sobre mis encuentros con el Pollo en el 2016, ahora es que viene lo mejor así que pendientes.